El Parlamento Europeo dio un giro contundente en su política de importación al votar en contra de dos decisiones de la Comisión Europea que permitían ciertos niveles de residuos de pesticidas prohibidos en la UE. Con una mayoría abrumadora, los eurodiputados rechazaron la entrada de alimentos con residuos de sustancias como el ciproconazol, el espirodiclofeno, el benomilo, el carbendazim y el tiofanato-metilo, presentes en productos como cereales, semillas, carnes y cítricos. Este rechazo se enmarca en una creciente preocupación por la salud y la seguridad alimentaria, visibilizada por un reciente informe de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), que reveló la presencia de plaguicidas en un 36% de los alimentos analizados en España en 2022.
España, a pesar de una caída en el consumo de plaguicidas por las recientes sequías y prohibiciones, sigue siendo uno de los mayores usuarios de estos productos en la Unión Europea, según alerta el grupo ecologista Ecologistas en Acción. El informe «Directo a tus hormonas» identifica productos frescos como tomates, manzanas y naranjas con altos niveles de plaguicidas disruptores endocrinos. Además, se destaca una inquietante tendencia a la baja en el número de muestras analizadas por AESAN, lo que podría estar subestimando la verdadera escala de la contaminación. Concienciando sobre los riesgos derivados del “cóctel de plaguicidas” presente en los alimentos, Ecologistas en Acción insta a una revisión de los límites legales y a un cambio significativo en las políticas agrícolas para minimizar el uso de químicos y proteger tanto la salud humana como el medio ambiente.
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