En el verano de 1996, España vivió el auge de la llamada Liga de las Estrellas gracias a fuertes inversiones y rivalidades de alto perfil. Años más tarde, la competencia entre Cristiano Ronaldo y Messi catapultó el fútbol español a una fama internacional sin precedentes. Sin embargo, en el verano de 2025, la situación ha cambiado. Aunque el Real Madrid, el Barcelona y el Atlético de Madrid mantienen cierta prominencia en Europa, el campeonato ha perdido capacidad para captar nuevos talentos. Este año, solo el Real Madrid y el Atlético realizaron inversiones significativas en fichajes, gastando 185 y 175 millones de euros, respectivamente. El Atlético incluso recurrió a una cesión de la Juventus para reforzar su plantilla tras un mal inicio de temporada.
En contraste, el resto de equipos de LaLiga han mantenido un perfil más austero debido a estrictas reglas de control financiero. No obstante, el Villarreal y el Betis han desafiado estas limitaciones con inversiones notables, alcanzando 101 y 65 millones en fichajes. Mientras tanto, la Premier League sigue liderando la inversión en el fútbol europeo, con un gasto de 3,250 millones de euros, muy por encima de cualquier otra liga, incluyendo la Serie A italiana y la Bundesliga alemana. La llegada de Alexander Isak al Liverpool, por una cifra récord de 150 millones de euros, es un ejemplo del poder económico consolidado de la liga inglesa, contrastando con el modelo controlado pero más estable del fútbol español.
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