En el verano de 1986, Teófila, motivada por su amor inquebrantable hacia la lectura, decidió dar vida a un establecimiento dedicado a los libros, transmitiendo así su pasión a sus hijos, Bárbara y Carlos Villaécija. Este legado familiar no solo trajo consigo un espacio dedicado a los amantes de la literatura, sino que también se convirtió con el paso de los años en un punto cultural icónico dentro de la comunidad. Los hermanos Villaécija, quienes crecieron rodeados de literatura gracias a su madre, han mantenido viva esta tradición familiar, preservando el espíritu y la esencia del establecimiento que vieron nacer décadas atrás.
La librería fundada por Teófila ha resistido el paso del tiempo y diversas transformaciones del mercado literario, adaptándose a los cambios tecnológicos y al comportamiento de nuevos lectores. Bárbara y Carlos han sabido conservar el legado de su madre, integrando nuevas tendencias sin perder de vista el propósito esencial del lugar: el amor por los libros. Se han enfocado en crear un entorno que promueva la lectura como una experiencia enriquecedora y accesible para todos, asegurándose de que las futuras generaciones también puedan disfrutar y heredar esta pasión que empezó con Teófila en 1986.
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