Un estudio reciente elaborado por la Fundación Naturgy y el Centro Reina Sofía de Fad Juventud, titulado “Medioambiente y desinformación. Percepciones juveniles sobre la energía y la sostenibilidad”, revela una preocupante brecha entre la exposición de la juventud a la desinformación medioambiental y su capacidad real para detectarla.
La investigación, basada en encuestas y análisis de redes sociales, muestra que el 45% de los jóvenes entre 16 y 29 años ha estado expuesto en el último año a bulos relacionados con el cambio climático o la sostenibilidad. No obstante, solo un 19% afirma poder identificarlos con seguridad, lo que deja al resto en situación de vulnerabilidad frente a contenidos falsos que socavan la conciencia climática.
Entre las teorías que circulan con mayor frecuencia se encuentran desinformaciones sobre la peligrosidad de los coches eléctricos, conspiraciones como los “chemtrails” o la supuesta implantación de las llamadas “ciudades de 15 minutos”. Estas narrativas, aunque carentes de base científica, se propagan fácilmente y generan confusión sobre políticas públicas y avances ambientales. El 40% de la juventud considera, además, que los bulos sobre sostenibilidad son más frecuentes que los de otras temáticas.
Redes sociales: principal fuente de información y desinformación
El 53% de los jóvenes utiliza las redes sociales como su principal canal de información ambiental, por encima de medios tradicionales como la televisión (51%). Sin embargo, estas plataformas también son vistas como el principal vehículo de bulos: un 54% así lo percibe. Aunque más de la mitad de los jóvenes asegura que intenta verificar la información cuando tiene dudas, la saturación informativa y la velocidad con la que se difunden los contenidos falsos dificultan esta tarea.
Factores como la edad, el género y el nivel educativo marcan diferencias significativas en la capacidad para detectar desinformación. A medida que aumenta la edad, también lo hace el conocimiento medioambiental: un 28% de los jóvenes entre 16 y 20 años presenta un bajo nivel de conocimientos en sostenibilidad y energía, frente al 14% en el tramo de 26 a 29 años.
Creencia en el cambio climático… pero con matices
Pese a estos desafíos, el 83% de los jóvenes reconoce la existencia del cambio climático. Solo un 5% lo niega por completo. Aun así, persisten ideas que lo desvinculan de la acción humana, lo que puede frenar el compromiso y la acción climática eficaz.
La educación ambiental: una herramienta urgente e insuficiente
El estudio señala que el sistema educativo no ha respondido con suficiente eficacia a esta situación. El 46% de los encuestados considera que ha recibido escasa formación medioambiental durante su etapa escolar. Esta carencia compromete la preparación de los jóvenes para filtrar la información y actuar ante el reto climático.
Según los responsables del estudio, la alfabetización mediática y ambiental debería abordarse de forma urgente desde el aula. Dotar a los jóvenes de pensamiento crítico, herramientas de verificación y conocimientos sólidos es esencial para contrarrestar la desinformación y fomentar una ciudadanía activa y consciente.
Una metodología que permite entender la relación entre juventud y clima
La investigación combina revisión documental, escucha en redes sociales y encuestas, lo que ha permitido analizar no solo la percepción general sobre la sostenibilidad, sino también los focos más comunes de desinformación, los perfiles más vulnerables y las posibles soluciones educativas y comunicativas.
Expertos coinciden en la necesidad de reforzar la educación y la confianza en el conocimiento científico
Durante la presentación del estudio, se celebró un coloquio en el que participaron expertos como Anna Sanmartín (Centro Reina Sofía), Rocío Benavente (Maldita.es), Mario Viciosa (Newtral), Manuel Calvo (Fundación Naturgy), y representantes institucionales.
Sanmartín destacó que es urgente “dotar a la juventud de pensamiento crítico desde las aulas”, mientras que Benavente alertó sobre la falta de formación no solo ambiental, sino también sobre cómo consumir y verificar la información. Viciosa, por su parte, señaló que aunque los jóvenes tienden a confiar en la ciencia, la desconfianza institucional puede llevarles a caer en bulos con apariencia científica.
Desde Fundación Naturgy, Manuel Calvo insistió en la importancia de comunicar con claridad la complejidad del sistema energético para evitar simplificaciones engañosas. Su directora general, María Eugenia Coronado, recordó que los jóvenes serán clave en la transición energética y la lucha contra el cambio climático, y que para ello “necesitan información fiable y adaptada a sus canales de comunicación”.
Beatriz Martín Padura, directora general de Fad Juventud, subrayó que la lucha climática necesita no solo medidas políticas, sino también acceso a datos contrastados. “No basta con sensibilizar: hay que formar”, sentenció.
Por último, Margarita Guerrero, directora general del Instituto de la Juventud, concluyó que es esencial ofrecer a las nuevas generaciones marcos sólidos desde los que enfrentar el futuro, en un contexto en el que la incertidumbre ha marcado su trayectoria vital.