La extrema derecha ha dado un vuelco histórico en Francia al ganar la primera vuelta de las legislativas, dejando al presidente Emmanuel Macron en una posición delicada de cara a la segunda vuelta del 7 de julio. Agrupación Nacional, liderada por Marine Le Pen, podría obtener la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, lo que llevaría a Jordan Bardella a ser primer ministro. Macron y la izquierda han llamado a una unión para frenar a la derecha radical. La participación electoral ha sido la más alta en 45 años, lo que refleja la tensión política actual. Con Macron perdiendo escaños y la derecha tradicional dividida, la posibilidad de una parálisis institucional se cierne sobre el horizonte político francés.
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