En medio de una de las peores tragedias que ha golpeado a Valencia, con al menos 215 personas fallecidas debido a una histórica riada, se han desatado tensiones políticas. El sábado, diversas organizaciones de izquierda, encabezadas por Compromís, Podemos, y grupos independentistas, se manifestaron en las calles de Valencia contra Carlos Mazón, presidente de la Generalitat. A pesar del luto y la búsqueda de desaparecidos tras la catástrofe natural, las concentraciones cobraron un cariz político bajo el lema «Mazón dimisión». Esta protesta, respaldada por alrededor de 40 organizaciones sociales y sindicatos, fue criticada por algunos sectores como una acción oportunista en medio de una tragedia humanitaria.
En respuesta a la manifestación, Mazón cuestionó el accionar del Gobierno central y, en particular, de la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, por su tardía reacción ante la emergencia. Mazón expresó que no hubo comunicación efectiva por parte de altos cargos del gobierno antes de que el desastre se agravara. Por su parte, el Partido Popular de la Comunidad Valenciana calificó la manifestación como «politizada», acusando a las entidades promotoras de no preocuparse realmente por las víctimas, sino por impulsar una agenda política. Esta situación subraya la creciente polarización en una Valencia que aún lidia con las consecuencias devastadoras de la riada.
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