La elección interna de la izquierda chilena ha resultado en la nominación de Jeannette Jara como candidata presidencial para los comicios del 16 de noviembre, enfrentándose a una derecha que avanza con fuerza. Jara, de 51 años y militante del Partido Comunista, obtuvo un 60,3% de los votos en las primarias, lo que representa un hito para su partido al convertirse en la primera candidata comunista en la historia democrática reciente del país. El resultado supone un retroceso para los sectores más moderados del progresismo, liderados por Carolina Tohá, quien recibió un 27,9% de apoyo. La derrota de Tohá es interpretada como una consolidación de las tendencias más radicales dentro de la izquierda, dejando al oficialismo en una situación delicada de cara a un desafío electoral marcado por la baja participación de votantes.
En su discurso de aceptación, Tohá reconoció la victoria de Jara y enfatizó en la necesidad de mantener la unidad de los sectores progresistas. Las primarias, que contaron con una participación de 1,4 millones de votantes, estuvieron por debajo de las expectativas y también de pastos eventos electorales, lo que sugiere una señal de debilidad frente a una derecha fortalecida que presentará tres candidatos en la contienda presidencial. Las diferencias entre Jara y Tohá se han manifestado en sus distintas visiones sobre cuestiones centrales como el crecimiento económico y la gestión de la seguridad, aunque ambos sectores buscan presentar un frente unido ante la ciudadanía. El triunfo de Jara añade un elemento de polarización al escenario político chileno, en un contexto donde la estabilidad social y económica se perfilan como temas urgentes a abordar.
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