La reciente inestabilidad en los mercados financieros globales ha encendido alarmas sobre una posible recesión en Estados Unidos y los efectos de la fluctuación del yen japonés. A pesar de las turbulencias, ciertos analistas sugieren que la volatilidad puede estar sobredimensionada, al menos por ahora.
Charlotte Daughtrey, especialista en renta variable de Federated Hermes, resalta la importancia de no extrapolar un único indicador económico a una tendencia general negativa. Pese a que los últimos datos de empleo en Estados Unidos, publicados a principios de agosto, han generado inquietud, Daughtrey sostiene que la economía norteamericana muestra signos de solidez. La analista prevé que la Reserva Federal (Fed) podría optar por recortar las tasas de interés, una medida que, según ella, ayudaría a facilitar un «aterrizaje suave» o una recesión técnica no muy profunda.
Por su parte, Lewis Grant, gestor de carteras globales también de Federated Hermes, observa que la percepción negativa en el mercado persiste, a pesar de una caída en la volatilidad medida por el índice VIX. Grant advierte que aunque algunos analistas proponen recortes urgentes en las tasas de interés, considera que esto es poco probable mientras los mercados crediticios continúen estables.
En el ámbito de las expectativas de política monetaria, la herramienta FedWatch de CME señala una alta probabilidad de un recorte de 50 puntos básicos en septiembre. Sin embargo, este consenso no es unánime. Jean-Louis Nakamura de Conviction Equities y Rania Gule de XS.com difieren notablemente en cuanto a la necesidad y el impacto que tales recortes podrían tener.
A nivel global, la caída del yen japonés y las decisiones del Banco de Japón (BoJ) también están contribuyendo a la volatilidad. Las recientes declaraciones del vicegobernador del BoJ, quien descartó aumentos de tasas en un entorno de inestabilidad financiera, han debilitado aún más al yen. Pese a ello, diversos expertos creen que la moneda nipona podría seguir experimentando una alta volatilidad.
En resumen, aunque la volatilidad en los mercados financieros sigue siendo elevada, la situación es dinámica y podría cambiar notablemente en función de las decisiones económicas y políticas que se tomen en las próximas semanas.