Las tarifas de energía y los precios de los alimentos continúan siendo factores clave en la inflación de Colombia, según revela el reciente informe del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del DANE. Los datos mostraron que, por tercer mes consecutivo, la variación mensual fue de 0,94%, con una tasa interanual colocada en 5,22%. Aunque persiste una tendencia a la baja desde el año pasado, cuando la inflación descendió del 8,35% al 5,22%, alcanzar el objetivo del 3% fijado por el Banco de la República podría demorarse hasta 2026, frente al obstáculo del reciente aumento del salario mínimo. Expertos como Jackeline Piraján de ScotiaBank Colpatria destacan que la elevada subida salarial ha contribuido al estancamiento de la inflación, a pesar de los esfuerzos del Banco de la República por amortiguar el consumo aumentando las tasas de interés.
El proceso desinflacionario resiente además el impacto de factores como el precio de los servicios públicos, alimentos y arriendos, que han repercutido negativamente en las tasas debido a fenómenos climáticos y desafíos administrativos. Con el enfriamiento económico hacia finales de 2023, el Banco Central redujo gradualmente las tasas desde un 13,25% hasta el 9,5%, pero el estancamiento de noviembre y diciembre provocó incertidumbre sobre la estabilidad de los precios. Mientras analistas como Laura Clavijo de Bancolombia advierten sobre un desafiante 2025 en materia inflacionaria, otros como Juanita Téllez del Grupo BBVA observan el impacto de la indexación en sectores clave, como educación y transporte, que podrían presionar al alza los costos durante el primer mes del año, una preocupación que también es señalada por la académica Clara Inés Pardo.
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