La inflación en México ha mostrado una nueva aceleración al cierre de septiembre, con el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) aumentando a un 3,76% anual desde el 3,57% registrado en agosto. Según el Informe del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), este incremento marca el segundo nivel más alto del año y supera las expectativas de analistas que preveían un índice entre 3,72% y 3,80%. El aumento en los precios ha sido impulsado principalmente por el costo de la educación, el cual ha tenido una incidencia significativa en el alza de precios. Entre los productos con mayores aumentos se encuentran el chile serrano, el tomate verde y diversas categorías de educación. Sin embargo, algunos otros rubros, como los servicios profesionales y el aguacate, han experimentado descensos en sus precios.
Además, los dos componentes principales de la inflación en México, la subyacente y la no subyacente, registraron incrementos, con la inflación subyacente alcanzando un 4,28% anual. Ante este panorama, el Banco de México (Banxico) podría verse obligado a reconsiderar su política económica, especialmente después de haber realizado una quinta reducción consecutiva de la tasa de interés, ubicándola en 7,50%. A nivel internacional, las presiones inflacionarias también se ven afectadas por factores externos, como la guerra comercial iniciada por Donald Trump, la cual continúa representando un riesgo significativo debido al posible encarecimiento de importaciones y la presión sobre el consumo interno, que constituye el mayor componente del PIB.
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