La inflación en la zona euro ha vuelto a experimentar un incremento después de haber permanecido estable en el 2% durante el último trimestre, ubicándose en un 2,2% en septiembre, según datos de Eurostat. Este aumento está influenciado por una moderación en la caída de los precios de la energía, lo que ha alterado el escenario previo. Los principales países afectados por este repunte en la inflación general son Alemania, Francia, Italia y España, cuyas alzas no han podido ser compensadas por las caídas en países más pequeños como Eslovenia, Grecia o Portugal.
La inflación subyacente, que excluye los componentes más volátiles como la energía y alimentos frescos, se mantuvo en 2,3% por quinto mes consecutivo, reflejando la dificultad de reducirla al objetivo del 2% fijado por el Banco Central Europeo (BCE). Mientras el sector de servicios sigue complicando la situación con un aumento hasta el 3,2%, las perspectivas indican estabilidad en los próximos meses. Esto supone que el BCE podría mantener los tipos de interés en el 2%, evitando movimientos inmediatos en sus políticas, dado que los incrementos en servicios impiden una baja general del índice por debajo del 2%.
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