La inflación interanual en la eurozona disminuyó una décima en junio, situándose en un 2,5%, según confirmó Eurostat, la oficina de estadística de la Unión Europea (UE). Este dato revisado coincide con el preliminar anunciado hace dos semanas y responde a las expectativas del mercado. En el conjunto de la Unión Europea, la inflación anual también mostró una ligera caída, pasando del 2,7% en mayo al 2,6% en junio. Hace un año, la tasa se encontraba en el 6,4%, lo que destaca una significativa tendencia a la baja.
El principal componente que contribuyó a la inflación anual en la eurozona en junio fue el sector de los servicios, con un aumento de 1,84 puntos porcentuales, seguido por los alimentos, el alcohol y el tabaco, que añadieron 0,48 puntos porcentuales. Los bienes industriales no energéticos aportaron 0,17 puntos porcentuales, mientras que la energía tuvo una contribución marginal de 0,02 puntos porcentuales.
En cuanto a la inflación subyacente, que excluye los precios volátiles de la energía, los alimentos, el alcohol y el tabaco, se mantuvo estable en el 2,9%, coincidiendo tanto con los datos anteriores como con las previsiones de los analistas.
Analizando las tasas de inflación por países, Finlandia registró el porcentaje más bajo con un 0,5%, seguida por Italia (0,9%) y Lituania (1,0%). Por el contrario, Bélgica (5,4%), Rumanía (5,3%) y España y Hungría (ambas con un 3,6%) mostraron las tasas de inflación más altas. En comparación con mayo, la inflación anual disminuyó en diecisiete Estados miembros, se mantuvo estable en uno y aumentó en nueve.
Expertos de Oxford Economics destacan que estos datos refuerzan la postura del Banco Central Europeo (BCE) de mantener inalterados los tipos de interés en su próxima reunión. «Los datos ofrecen un balance mixto que el BCE probablemente interpretará como justificación para un enfoque prudente», indicaron. Esta opinión se basa en la rigidez de la inflación en el sector de servicios, que sigue siendo una preocupación principal para el BCE. Sin embargo, Oxford Economics prevé que la inflación general descenderá al objetivo del 2% en el tercer trimestre y la inflación subyacente a principios del próximo año. Este avance en la desinflación podría permitir al BCE realizar dos recortes adicionales antes de fin de año.
Un aspecto positivo para el BCE es la escasa dispersión de las tasas de inflación entre los países de la eurozona, con la notable excepción de Bélgica, influenciada por los efectos de base de los precios de la energía. Aunque la recuperación económica avanza a diferentes ritmos en la región, los riesgos inflacionistas impulsados por la demanda son limitados, aunque empiezan a surgir algunos riesgos de oferta.