En la reciente edición de los Premios Goya, las producciones cinematográficas dirigidas por Arantxa Echevarría y Marcel Barrena se alzaron con los principales galardones, destacándose como las grandes triunfadoras de la noche. A pesar de este éxito, el reconocimiento a los mejores directores fue otorgado a Isaki Lacuesta y Pol Rodríguez, quienes se hicieron con el Segundo Premio, dejando claro que su labor detrás de las cámaras no pasó desapercibida para el jurado. Este resultado rememora el inusual empate ocurrido en 1991 en la categoría de corto de ficción, una circunstancia poco frecuente en la historia de estos prestigiosos galardones.
El evento, que reúne a lo más selecto del cine español, subraya la diversidad de talentos que existe en la industria, así como el creciente reconocimiento de diferentes estilos y narrativas dentro del séptimo arte. Arantxa Echevarría y Marcel Barrena consolidaron su presencia en el escenario cinematográfico con propuestas audaces y emocionalmente resonantes, mientras que Lacuesta y Rodríguez, con sus respectivas obras, demostraron una dirección innovadora y contundente que les valió el reconocimiento como mejores directores. Estos premios no solo destacan por su prestigio, sino también por su capacidad de reflejar las tendencias y evolución del cine en España.
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