Mali se ha convertido en el principal origen de la migración africana a España, impulsada por una crisis regional marcada por conflictos y la crisis climática en el Sahel, que ha desplazado a millones. Los malienses, que huyen de la guerra y sus repercusiones económicas, frecuentemente buscan refugio en España a través de la ruta canaria, con un 96% logrando protección como refugiados. Sin embargo, muchos no logran completar el peligroso recorrido. La mayoría de los desplazados permanece en África, enfrentando condiciones precarias debido a la falta de fondos. Los conflictos en Mali se han intensificado desde 2012, exacerbados por la retirada de tropas francesas y la creciente influencia de mercenarios rusos del grupo Wagner. Este contexto de violencia, pobreza extrema y cambios climáticos impulsa el llamado «efecto expulsión», que dificulta contener la migración. Iniciativas europeas como los acuerdos de Italia con Túnez buscan mitigar estos flujos, pero las soluciones siguen siendo esquivas.
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