Rafael Canogar, nacido en Toledo en 1935, es una figura emblemática del arte abstracto español que desde joven mostró una fascinación innata por la pintura, a pesar de las reticencias iniciales de su familia. Formado bajo la tutela de Daniel Vázquez Díaz, Canogar encontró en el informalismo una vía de expresión auténtica y personal. Su viaje a París resultó ser un punto de inflexión, permitiéndole empaparse de las corrientes vanguardistas del momento, como el expresionismo abstracto estadounidense y el informalismo europeo. Esta experiencia caló hondo en su obra, impulsándolo a ser parte del grupo El Paso, una plataforma de artistas que buscaba revitalizar y devolver a España al epicentro de las vanguardias artísticas internacionales.
El legado de Canogar y sus contemporáneos resonó crucialmente durante momentos de transición política y social en España, donde el arte se convertía en un medio de protesta y aspiración hacia la libertad. En 1958, la Bienal de Venecia marcó un hito en su carrera, posicionando al arte español como referente internacional, a pesar del conservadurismo del régimen franquista. Canogar enfatiza la importancia de la diversidad ideológica y social dentro de El Paso, subrayando la pasión compartida por un arte renovador que trascendía las diferencias personales. Hoy, reflexiona sobre la presión comercial que enfrenta la nueva generación de artistas, recordando que la verdadera meta del arte es el recorrido creativo, no el reconocimiento externo ni el éxito comercial.
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