Los minerales críticos y las tierras raras han ganado prominencia en las negociaciones internacionales debido a su importancia estratégica, como se observa en las conversaciones entre el entonces presidente de EEUU, Donald Trump, y su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski. Estos recursos son vitales para la transición energética, lo que ha llevado a la Unión Europea a instar a sus estados miembros a buscar alternativas en sus territorios para frenar la dependencia de China, que es el principal proveedor de estos minerales. En España, el gobierno está ultimando un plan, con la colaboración del Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC), para explorar y explotar estos elementos. El interés por estos minerales no solo obedece a razones geopolíticas, sino también a su esencial papel en el desarrollo de tecnologías limpias, lo cual destaca en publicaciones especializadas como la revista CSIC Investiga.
En cuanto a la situación en España, el yacimiento de Matamulas en Ciudad Real emerge como una de las fuentes más prometedoras de tierras raras, particularmente ricas en neodimio, esencial para la fabricación de imanes permanentes utilizados en aerogeneradores y dispositivos electrónicos. No obstante, la explotación del yacimiento enfrenta resistencia medioambiental, aunque los expertos aseguran que la radiactividad es mínima y gestionable. Además, otras áreas en Galicia y Fuerteventura están siendo exploradas por su potencial en tierras raras. Dado el impacto económico positivo que la minería puede tener en áreas despobladas, existe un debate sobre cómo equilibrar la extracción con el respeto medioambiental y la necesidad de avanzar hacia fuentes de energía más limpias. Las iniciativas mineras actuales también cuentan con estrictas regulaciones que garantizan la restauración ambiental, marcando un nuevo paradigma en la explotación de recursos naturales.
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