La llegada de un bebé a una familia con animales puede ser tanto un motivo de alegría como de preocupación. La convivencia entre perros, gatos y bebés no siempre es ideal y requiere paciencia y preparación previa, según Tamara Hernán, educadora canina especializada en familias multiespecie. Aceptar al bebé no significa simplemente que el perro tome comida de su mano o lo lama, sino que el animal se sienta tranquilo y confortable en su presencia. Desafortunadamente, la falta de aceptación puede deberse a varias razones, como una mala presentación inicial, cambios drásticos en las rutinas del perro o la acumulación de experiencias negativas, entre otras.
Para lograr una convivencia armoniosa, es crucial anticiparse a la llegada del bebé y gestionar adecuadamente la situación. Hernán recomienda preparar al perro antes del nacimiento, para que pueda ajustarse mejor a las nuevas circunstancias, y evitar castigos que puedan crear asociaciones negativas con el bebé. Además, es vital seguir cubriendo las necesidades físicas y emocionales del perro, como paseos, juegos y mimos. La paciencia es esencial, ya que cada perro es diferente y necesita tiempo para adaptarse. En caso de situaciones de riesgo, consultar a un profesional puede ser la mejor opción para garantizar una coexistencia segura entre el bebé y la mascota.
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