En la última entrega de MasterChef, todos los concursantes enfrentaron una prueba de eliminación tras decepcionar al jurado durante la prueba de exteriores. Sin embargo, Clara logró salvarse gracias a la intervención de exparticipantes que visitaron las cocinas. Cuando el chef Pepe Rodríguez le preguntó a quién salvaría, Clara no dudó en escoger a Emilio y Ana, lo que les aseguró una semana más en el programa, mientras el resto de los competidores tuvo que demostrar su habilidad culinaria.
La tensión aumentó cuando se reveló que Bea había destacado en la prueba y fue reconocida como "la mejor aspirante". Por otro lado, la inesperada eliminación de Limín y Ariana dejó a todos boquiabiertos, con Emilio expresando incredulidad ante la decisión del jurado. Ambas concursantes reflexionaron sobre su aprendizaje y la importancia de la adaptación en el proceso, dejando en claro que la competencia es impredecible y salvaje.
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