El asesinato del CEO de UnitedHealthcare, Brian Thompson, en plena calle en Manhattan ha generado una inesperada ola de reacciones en Estados Unidos, donde muchos ciudadanos han mostrado poco lamento por su muerte. La controversia surge en medio de las críticas a las aseguradoras médicas del país, acusadas de prácticas que deniegan tratamientos urgentes a sus clientes. Incluso, un evento insólito se desarrolló en Nueva York con un concurso para encontrar a la persona que más se parezca al supuesto asesino, lo que ha llevado a agotar las ropas similares a las del atacante. Tras varios días, la policía ha detenido a Luigi Mangione como sospechoso, quien fue reconocido en Pensilvania y criticó a las aseguradoras sanitarias en una carta encontrada en su posesión.
Este suceso ha despertado inquietudes entre los altos cargos de grandes aseguradoras, que han incrementado la seguridad personal ante el temor de ataques similares. El asesinato también resalta la tensión existente con los sectores que cuestionan las prácticas de estas compañías. Las redes sociales se han convertido en un foro activo de comentarios que en muchos casos celebran el homicidio, evidenciando un ambiente de polarización y descontento. Al mismo tiempo, las empresas han comenzado a evaluar sus medidas de seguridad, con algunas destinando sumas significativas para la protección de sus directivos, en un contexto que refleja preocupaciones crecientes sobre la seguridad corporativa y la insatisfacción pública con la industria aseguradora.
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