En Aviñón, Francia, se ha celebrado un impactante juicio contra Dominique Pélicot, acusado de drogar a su esposa, Gisèle Pélicot, para que fuese violada repetidamente por otros hombres sin su consentimiento. En el tribunal, tanto la hija como la nuera de la víctima testificaron, expresando sus sospechas de que ellas y los nietos podrían haber sido también víctimas. La hija describió su vida tras conocer los crímenes de su padre como un «descenso al infierno». Fotos comprometedoras encontradas en casa del acusado reforzaron estas sospechas. Pélicot, junto a otros 50 hombres, enfrenta cargos de violación agravada, con penas de hasta 20 años de prisión. Durante el juicio, se pidió evitar recolectas de fondos para la víctima, quien desea que se haga pública la verdad para prevenir futuros casos.
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