El abandono escolar en los estudios postobligatorios en Cataluña se ha convertido en un punto crítico del sistema educativo, según un informe presentado por la Fundació Bofill. La investigación, realizada por académicos de la Universidad Autónoma de Barcelona, revela que en el curso 2020-21, un significativo 14,8% de los estudiantes de ciclos formativos de grado medio y un 4,7% de los de bachillerato abandonaron sus estudios antes de titularse. Esto representa a 13.794 jóvenes que dejaron inconclusa su formación. La alarmante cifra destaca una problemática a menudo subestimada por las autoridades educativas, señala Ismael Palacín, director de la fundación. Este abandono, concentra sus efectos en los centros educativos de alta complejidad, que acogen a población vulnerable, y afecta de manera más intensa a algunos perfiles de estudiantes, como los chicos y aquellos de origen extranjero o con necesidades especiales.
La Fundació Bofill subraya que es necesario implementar medidas específicas para contrarrestar este fenómeno, del que carecen planes efectivos hasta la fecha. Entre las recomendaciones propuestas para mitigar el problema, la fundación destaca el refuerzo de la orientación para los estudiantes, el seguimiento individualizado para aquellos en riesgo de abandonar y un sistema de becas económicas que podría oscilar entre 6.000 y 9.000 euros anuales por estudiante, adaptándose a su situación financiera. Las cifras del informe ponen en evidencia la necesidad de una intervención educativa que priorice la retención y éxito académico, orientada a crear oportunidades equitativas para los estudiantes más desfavorecidos y mejorar el rendimiento general del sistema educativo catalán.
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