La Flotilla Global Sumud ha zarpado nuevamente hacia Gaza después de retrasos significativos debido a un ataque con drones y problemas mecánicos en su barco líder, el «Family». En un ambiente de tensión, los 42 barcos que componen la flotilla partieron de Creta al anochecer, escoltados por un barco militar griego y seguidos por un buque de la marina italiana. Thiago Ávila, miembro del comité de dirección, destacó que las negociaciones con las autoridades griegas evitaron una «derrota burocrática», permitiendo que la misión continúe a pesar de las complicaciones experimentadas. La presencia militar turca, que ha sobrevolado la flotilla durante días, ha sido interpretada como un mensaje de protección hacia los barcos que transportan ayuda humanitaria a la golpeada Franja de Gaza.
La expedición enfrenta un viaje cargado de incertidumbre, con la posibilidad de nuevos ataques o interceptaciones por parte de Israel, que califica a la flotilla como la «Flotilla de Hamás». Las autoridades israelíes insisten en que la ayuda humanitaria debe entregarse en un puerto bajo su control, lo que genera desconfianza entre los organizadores que acusan a Israel de obstaculizar el paso de la ayuda. A medida que los barcos se adentran en aguas internacionales, el temor a nuevos ataques ha incrementado las medidas de seguridad, con constantes vigilancias nocturnas. Sin más paradas previstas, los tripulantes esperan llegar a Gaza en cinco a ocho días, aunque no descartan puertos de emergencia en Chipre si surgen complicaciones.
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