El recurso de casación ha descalificado la sentencia emitida por el Tribunal Superior de Cataluña, calificándola de «arbitraria y cruel» en relación a la denunciante. Según el recurso, el tribunal empleó argumentos «irracionales» al cuestionar la fiabilidad de la denunciante, lo cual ha generado una notable polémica. La resolución original, que fue objeto de este recurso, había sembrado dudas sobre la credibilidad de la víctima, un enfoque que ahora es seriamente cuestionado por instancias superiores.
La revisión del caso pone en evidencia un posible sesgo en la valoración del testimonio de la denunciante, una práctica que podría sentar un preocupante precedente en el tratamiento de futuros casos semejantes. Este señalamiento revela las profundas discrepancias sobre cómo se deben abordar y valorar las denuncias en el ámbito judicial, subrayando la necesidad de parámetros más claros y justos que respeten los derechos de las víctimas. Actualmente, este caso sigue siendo objeto de escrutinio público y crítico, en tanto se examinan las implicaciones que podría tener a nivel legal y social.
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