La controversia surgió después de que se diera a conocer una llamada telefónica de cuatro minutos, revelada el pasado 13 de febrero. En esta conversación, una técnica de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) comentaba que no se iban a «marear con más avisos». Este comentario generó inquietud, ya que se interpretó como una posible falta de diligencia en la emisión de alertas meteorológicas. La repercusión fue inmediata, especialmente después de que se filtrara una versión recortada de la llamada, intensificando las críticas y la preocupación pública sobre los procedimientos de la agencia.
Las autoridades de la Aemet se apresuraron a aclarar la situación asegurando que los comentarios fueron sacados de contexto. Explicaron que las palabras de la técnica no reflejaban un fallo en los protocolos de emergencia, sino que se referían a un caso específico que no requería más notificaciones. A pesar de las aclaraciones, el incidente destaca la importancia de la comunicación precisa y responsable, especialmente en asuntos que pueden afectar la seguridad pública. La polémica también reabre el debate sobre la transparencia y eficacia de las alertas meteorológicas en situaciones críticas.
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