La controversia en torno a la exclusión del referéndum que buscaba reconocer a los pelotaris de Euskadi ha generado un intenso debate en la región. La falta de participación de todas las partes interesadas en el proceso de consulta ha sido señalada como un factor decisivo en el desarrollo de los acontecimientos. En particular, la exigencia de una modificación estatutaria previa para poder llevar a cabo dicho reconocimiento fue un punto crítico que, según los defensores del cambio, complicó el consenso y la implementación de medidas que reflejaran las aspiraciones de la comunidad deportiva y cultural. La ausencia de una plataforma inclusiva para discutir los cambios estatutarios dejó a muchos actores clave fuera de un diálogo esencial, desatando críticas sobre la transparencia y representatividad del proceso.
A esta situación se suma la histórica reivindicación del papel que el deporte de la pelota tiene en Euskadi, no solo como elemento cultural, sino también como una disciplina deportiva con gran arraigo en la sociedad vasca. Activistas y representantes de pelotaris han manifestado su descontento, argumentando que el proceso no solo afectaba el reconocimiento institucional, sino que también tenía implicaciones sobre los recursos y apoyos necesarios para fomentar el desarrollo de este deporte a nivel regional e internacional. La exclusión en la consulta se vio como un obstáculo para avanzar en la integración y promoción del patrimonio deportivo vasco, poniendo de relieve la necesidad de establecer mecanismos más inclusivos y democráticos para futuras decisiones de impacto comunitario.
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