La Reserva Federal ha decidido de manera unánime mantener las tasas de interés en un rango del 4,25% al 4,5%, una medida que busca estabilizar el mercado financiero en medio de incertidumbres económicas. Esta decisión se alinea con el objetivo de controlar la inflación, la cual ahora se prevé que alcance un 3% este año, superando las expectativas previas impulsadas por la Casa Blanca. La postura del banco central subraya su compromiso con el equilibrio económico, a pesar de las presiones de diversos sectores para ajustar la política monetaria.
Por otro lado, la Reserva Federal ha revisado a la baja sus expectativas de crecimiento económico, reduciéndolas a un 1,4% para el año en curso. Este ajuste refleja la preocupación por una desaceleración en el dinamismo económico, influido por factores domésticos y globales que podrían impactar los mercados. La combinación de una inflación más elevada y un crecimiento moderado sugiere un panorama económico incierto, lo cual podría desafiar las políticas del gobierno para impulsar la economía mientras se prioriza la estabilidad financiera.
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