En las recientes elecciones municipales de Renania del Norte-Westfalia, la extrema derecha alemana, representada por Alternativa para Alemania (AfD), no logró obtener poder significativo a pesar de liderar algunos sondeos y ser la principal fuerza de oposición en el Bundestag. Aunque AfD logró triplicar sus resultados en la primera vuelta y colocar candidatos en la segunda vuelta en importantes ciudades como Duisburgo, Gelsenkirchen y Hagen, los esfuerzos por ganar alcaldías fueron frustrados por la cohesión de votantes del resto de los partidos, que actuaron en bloque para impedir el avance de la extrema derecha en esta región occidental de Alemania.
En Duisburgo, el candidato socialdemócrata Sören Link reafirmó su liderazgo con un 78,6% de los votos, derrotando a Carsten Groß de AfD que obtuvo un 21,4%. Similares resultados se vieron en Gelsenkirchen y Hagen, donde los aspirantes socialdemócratas y democristianos mantuvieron sus posiciones frente a los candidatos de AfD. Este desenlace proporciona un respiro para el canciller democristiano Friedrich Merz, quien, a pesar de enfrentar desafíos en las encuestas y tensiones dentro de su coalición, observó cómo su partido se consolidó en Renania del Norte-Westfalia, conquistando también la alcaldía de Dortmund tras décadas de dominio socialdemócrata.
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