La región del Rif en Marruecos se encuentra en pleno proceso de cosecha de cannabis, marcando la primera temporada tras la amnistía para 4.831 cultivadores tradicionales, parte de una serie de reformas legales iniciadas en 2021 para regular el cultivo con fines médicos e industriales. Históricamente, Marruecos ha dominado el mercado mundial del hachís, siendo proveedor clave para Europa. Sin embargo, esta legalización parcial enfrenta desafíos importantes. A pesar de la gracia real y el incremento en licencias legales de cultivo, el contrabando y la producción ilegal siguen siendo problemas graves. Autoridades tanto dentro como fuera de Marruecos expresan escepticismo sobre el impacto real de estas medidas en reducir el narcotráfico, dado el fuerte arraigo del comercio ilícito y la implicación de altos cargos en la corrupción relacionada con las drogas. La colaboración efectiva entre España y Marruecos en la lucha contra el narcotráfico también es cuestionada, apuntando a la necesidad de reformas adicionales y una mayor cooperación bilateral.
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