La serie Succession ha dejado un legado notable en el panorama televisivo, capturando la atención de audiencias y críticos por igual gracias a sus guiones magistrales y su enfoque en las complejas relaciones familiares de poder. Con varias distinciones, incluidos seis Satellite Awards y nueve Globos de Oro, ha establecido un nuevo estándar en la ficción seriada que explora los entresijos de familias influyentes. En este contexto, Legado, la nueva propuesta de Netflix creada por Carlos Montero, Pablo Alén y Breixo Corral, busca emular ese éxito al narrar la historia de los Seligman, una familia con un poderoso grupo mediático en España. A través de su patriarca, Federico Seligman, interpretado por José Coronado, la serie revela los conflictos internos que surgen en la lucha por honor y prestigio en un mundo donde los intereses económicos predominan.
A pesar de su ambiciosa premisa, Legado se enfrenta a la difícil tarea de diferenciarse de su inspiradora Succession. Los personajes, al igual que los Roy, se mueven entre la traición y el conflicto, pero el guion a menudo se siente apresurado, apelando al espectador a través de giros forzados en la trama. Esta superficialidad se ve acompañada por referencias claras a la realidad política española, que aunque buscan añadir una dimensión satírica, a menudo caen en el cliché. Si bien Legado ofrece momentos entretenidos y algunas sorpresas, su imitación a la obra de Armstrong a veces oscurece su propia voz, dejando un sabor agridulce en su intento por capturar la esencia del drama familiar posmoderno.
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