Domingo Bonnín, presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de Baleares, ha expresado su preocupación por el reciente acuerdo de pesca alcanzado por la Unión Europea, al considerar que promueve una serie de restricciones que podrían afectar gravemente la actividad pesquera en la región del Mediterráneo occidental. Bonnín señala que el acuerdo, que fue acordado en el Consejo de Ministros de Agricultura y Pesca, sigue sin definir claramente los días en que las flotas podrán operar en 2025, generando incertidumbre en el sector. Aunque el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, prometió que las condiciones serían similares a las de 2024, el líder pesquero asegura que esto no se ha especificado en los detalles del reglamento. Las condiciones incluyen la reducción de días de pesca y la implementación de estrictas medidas como la utilización de redes más grandes y mejoras tecnológicas para extender los días de faena.
El nuevo régimen también implica una reducción del 10% en las capturas de gamba roja, un producto emblemático del sector pesquero balear. Bonnín critica que, aunque las restricciones tienen como objetivo velar por la sostenibilidad, están afectando la competitividad frente a otros mercados y ha advertido sobre la pérdida del potencial local en favor de flotas del sur del Mediterráneo. A nivel estratégico, considera esencial la aplicación de «cláusulas espejo» que aseguren que los productos importados cumplan con las mismas normativas sanitarias y medioambientales que los locales. El líder pesquero subraya el descontento y la incertidumbre que impera en el sector, mientras advierte que estas medidas, a la larga, podrían desmantelar las bases del sector primario en Europa, afectando la soberanía alimentaria y la continuidad empresarial en la región.
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