Rubén Amón, uno de los periodistas más conocidos de España, es crítico con la situación actual del Estado de derecho en el país. Con una carrera que abarca desde la cobertura cultural y de guerra hasta su participación en programas de radio y televisión, Amón ha sido testigo del cambio en las formas de comunicación de la sociedad, que describe como saturadas de charlatanería y carentes de auténtica conversación. En su nuevo libro, «Tenemos que hablar», aborda la necesidad de volver a los diálogos significativos, contrastando la superficialidad de las redes sociales con el diálogo filosófico de Sócrates y Platón. Defiende que hoy día la conversación se ha reducido a clichés y obviedades, y señala tres temas tabúes que evita: el dinero, las enfermedades y el fanfarroneo. La entrevista también aborda su percepción sobre el progresismo actual, al que critica por convertirse en mojigato y puritano, dañando a la libertad de expresión.
Amón explora las tensiones políticas bajo el mandato de Pedro Sánchez, a quien acusa de desvirtuar las instituciones y de fomentar la polarización a través de una estrategia que enfrenta lo que él denomina las «Fachosfera» y «Sanchosfera». Sostiene que esta polarización extrema erosiona la calidad del debate político y enrarece el ambiente social. Sobre Sánchez, Amón es tajante: no cree que el presidente represente verdaderamente al socialismo, sino que más bien demuestra una habilidad camaleónica para adaptarse y perpetuarse en el poder a través del miedo a la oposición. Advierte sobre la peligrosa marcha hacia una democracia degenerada, con instituciones partidizadas. Rubén Amón también reflexiona sobre la fatiga personal que siente en medio de esta saturación de discursos, prefiriendo el silencio y las conversaciones sin premeditación como un refugio necesario.
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