Luís Montenegro seguirá al frente del Gobierno de Portugal tras el fracaso de la moción de censura impulsada por el partido de ultraderecha Chega. La moción, motivada por la existencia de una empresa familiar de Montenegro con intereses en consultoría e inmobiliario, fue rechazada por 171 votos. En la votación, la mayoría procedió tanto de la derecha, que incluye a los partidos de la coalición de gobierno e Iniciativa Liberal, como de las formaciones de izquierda, incluyendo al Partido Socialista y Bloco de Esquerda, entre otros. La única abstención fue la de los cuatro diputados comunistas, mientras que Chega solo recibió el apoyo del diputado no adscrito Miguel Arruda, implicado recientemente en un escándalo de robo de maletas.
Durante el debate, los partidos acusaron al líder de Chega, André Ventura, de utilizar la moción como una táctica distractora en un momento en que su partido se encuentra salpicado por diversos escándalos. Luís Montenegro, aunque logró sortear la moción, enfrentó críticas relevantes por parte de la oposición por no aclarar completamente las actividades de su empresa familiar. Mientras que se defendió afirmando la legalidad de sus acciones y detalló la facturación de su firma, se negó a revelar su lista de clientes, lo que generó comentarios del socialista Pedro Nuno Santos, quien enfatizó que un primer ministro no debería tener «clientes misteriosos». El debate también reflejó tensiones pasadas entre Montenegro y Ventura, quienes compartieron militancia en el mismo partido en el pasado, y subrayó las complejidades dentro del panorama político portugués, especialmente en lo relacionado con intereses inmobiliarios entre sus miembros.
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