La prolongada operación militar israelí en Gaza, que ya alcanza nueve meses y ha dejado más de 37,400 muertos, está revelando divisiones en el gobierno de Netanyahu respecto a la estrategia a seguir. Mientras las discrepancias salen a la luz pública, expertos como José Abu-Tarbush e Ignacio Álvarez-Ossorio destacan que la posibilidad de una resolución del conflicto palestino-israelí parece lejana. Las tensiones internas en el Gabinete israelí, la falta de un plan claro para la posguerra y la prolongación del desastre en Gaza complican aún más el escenario. Sin una presión internacional efectiva, la situación podría desembocar en una mayor radicalización y una posible extensión del conflicto a otras regiones como Cisjordania y Líbano. Además, la credibilidad de la diplomacia occidental está en juego, erosionada por el doble rasero en sus políticas hacia el conflicto.
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