El sistema de facturación electrónica en España está a punto de transformarse en una realidad obligatoria para autónomos y pequeñas y medianas empresas (pymes). A partir de 2026, la tradicional facturación en papel o formatos digitales como Word, Excel o PDF quedará relegada, dando paso a sistemas digitales homologados por la Agencia Tributaria. Para facilitar esta transición, Hacienda ha anunciado la creación de su propia plataforma gratuita de facturación, que estará disponible desde el 1 de julio de 2025.
Este nuevo sistema permitirá a autónomos y pequeñas empresas emitir y gestionar facturas electrónicas sin necesidad de recurrir a software privado. Según Javier Hurtado, inspector adjunto a Jefe de área de la Oficina Nacional de Investigación del Fraude de Hacienda, «todo el que lo desee podrá usar la plataforma en tiempo real, no en pruebas» desde su lanzamiento. Las facturas generadas mediante esta herramienta tendrán validez oficial y podrán ser remitidas directamente a la Agencia Tributaria.
El principal objetivo de esta medida es mejorar la trazabilidad de las operaciones económicas y reducir el fraude fiscal. Si bien el software de Hacienda será accesible para todos, se recomienda especialmente para aquellos que emiten menos de 20 facturas al año, aprovechando su simplicidad y accesibilidad.
El calendario de implementación revela dos fechas cruciales para la obligatoriedad de este sistema: las empresas deberán presentar sus facturas electrónicas desde el 1 de enero de 2026, mientras que los autónomos tendrán hasta el 1 de julio de ese mismo año para adaptarse. Esto supone que cualquier entidad que aún utilice métodos tradicionales de facturación deberá cambiar a un sistema digital antes de esas fechas.
El sistema de facturación electrónica de Hacienda presenta varias ventajas claras. Su principal atractivo es su gratuidad, lo que supone un alivio económico para autónomos y pequeñas empresas que cuentan con recursos limitados. Además, al cumplir con los requisitos de la Agencia Tributaria, reducirá el riesgo de errores en las facturas, mejorará la lucha contra el fraude fiscal y proporcionará un almacenamiento seguro de las facturas emitidas.
Sin embargo, también hay desventajas potenciales a considerar. Persisten dudas sobre la funcionalidad de la herramienta: su usabilidad y eficiencia aún están por demostrar, dado que no sería la primera vez que una plataforma gubernamental sufre críticas por su complejidad. Además, existe una curva de aprendizaje para quienes están habituados a programas tradicionales, lo cual podría suponer un reto inicial. Finalmente, para quienes manejan grandes volúmenes de facturación, quizás sea más conveniente recurrir a programas privados que ofrezcan funcionalidades avanzadas.
A pesar de que la plataforma de Hacienda estará operativa desde mediados de 2025, es probable que muchos esperen hasta que la normativa sea obligatoria para cambiar sus métodos. Esta postergación podría representar un riesgo significativo, ya que llegar al 2026 sin haberse familiarizado con el sistema podría resultar en errores, retrasos e incluso sanciones por incumplimiento.
Por ello, se recomienda que autónomos y pymes comiencen a explorar la facturación electrónica lo antes posible. Aunque se opte por un software distinto al de Hacienda, la adaptación a este nuevo modelo es esencial.
En definitiva, la transición hacia la facturación electrónica es inminente. Hacienda pretende con esta medida modernizar y optimizar el control de las transacciones comerciales en España. Para los autónomos y pequeñas empresas, el secreto para un cambio sin sobresaltos reside en comenzar a preparar sus procesos desde el lanzamiento del nuevo sistema en 2025, asegurando así un cumplimiento eficiente y efectivo de la normativa.