José Luis Campo experimentó un cambio trascendental cuando, a los 14 años, ingresó en la enigmática Ciudad de los Muchachos. Este innovador proyecto, concebido en la posguerra española por el sacerdote jesuita Jesús Silva, ofrecía un lugar a los jóvenes sin recursos, permitiéndoles aprender oficios y valores de autogestión y autarquía dentro de una comunidad singular. Inspirado por la Boys Town de Nebraska, Silva estableció una especie de nación autónoma en Benposta, Ourense, con su propio sistema de gobierno conducido por jóvenes, su moneda llamada «la corona», e incluso servicios como colegios y talleres. La singularidad del lugar residía en su capacidad para funcionar independientemente, donde los niños asumían responsabilidades en una estructura democrática sin precedentes, fomentando un sentido de pertenencia y autosuficiencia.
En 1963, Benposta se destacó aún más al establecer la primera Escuela Nacional de Circo de España, que alcanzó reconocimiento mundial con su espectáculo «Revolution Circus», permitiendo a los «muchachos» llevar su arte por todos los continentes. Sin embargo, a principios del siglo XXI, el esplendor de Benposta se desmoronó, culminando en su cierre definitivo en 2003. Aunque la finca fue abandonada, la visión de la Ciudad de los Muchachos perduró en la misión de exalumnos como José Luis Campo y Mustafá Danger, quienes hoy trabajan para apoyar a jóvenes en circunstancias adversas, perpetuando los principios de solidaridad y autodescubrimiento que una vez hicieron de Benposta un refugio para niños de todo el mundo. La historia de este proyecto renace a través de una serie documental en Prime Video, redescubriendo una utopía que marcó a generaciones inesperadas.
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