El asesinato de Ismail Haniyeh, líder político de Hamás, mediante una bomba en Teherán, celebrada discretamente por ministros israelíes, plantea dudas sobre el futuro del movimiento palestino. Aunque se anticipa un revés moral para Hamás, expertos indican que la estructura del grupo, con figuras como Yehia Sinwar aún al mando, evitará un colapso total. Jaled Meshaal se perfila como sucesor interino, continuando una tradición de resiliencia organizativa. Sin señales de cambio ideológico significativo, la eliminatoria de Haniyeh impacta en las negociaciones de alto el fuego y la liberación de prisioneros, ensombrecidas por las tensiones entre Israel y Hamás.
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