El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ofreció su discurso de despedida desde la Casa Blanca a solo cinco días de dejar el cargo, advirtiendo sobre el surgimiento de una oligarquía en el país. Biden destacó su grave preocupación por la concentración extrema de riqueza y poder en manos de unos pocos individuos ultraricos, advirtiendo que si este abuso no se detiene, las consecuencias para la democracia podrían ser severas. Enfatizó que esta concentración amenaza directamente los derechos fundamentales y la igualdad de oportunidades, debilitando la unidad y el sentido de propósito común entre los ciudadanos. Sin nombrar a su sucesor, Donald Trump, Biden sugirió que el contexto actual refleja desafíos que persistieron durante su administración.
En su balance presidencial, Biden subrayó los logros de su mandato, incluyendo la creación de empleo y el fortalecimiento de alianzas internacionales como la OTAN, además de avances en la competencia con China. Resaltó la importancia del acuerdo para el cese de hostilidades en Gaza como parte de su legado. Sin embargo, reconoció que el verdadero impacto de sus logros aún tomará tiempo en ser completamente evidente, mencionando que las «semillas están plantadas». Biden llamó a los estadounidenses a continuar protegiendo los principios de la nación, recordando la responsabilidad colectiva de ser «guardianes de la llama» y mantener la fe en la fortaleza institucional y el carácter del pueblo, en un periodo marcado por desafíos económicos y sociales.
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