En pleno corazón de la capital española, Madrid da la bienvenida a la Semana Santa con un tributo a uno de sus postres más emblemáticos: la torrija. Este año, la ciudad pone en marcha la Ruta de las Torrijas, una iniciativa que invita tanto a locales como a visitantes a disfrutar de una exquisita variedad de este dulce tradicional. Impulsada por el Área de Economía, Innovación y Hacienda, la ruta es resultado de la colaboración con la Asociación de Empresarios Artesanos de Pastelería y Panadería de la Comunidad de Madrid (ASEMPAS), la Asociación de Cocineros y Reposteros de Madrid (ACYRE) y Mercados de Madrid.
A lo largo y ancho de la ciudad, un total de 48 establecimientos se suman a esta incitativa, ofreciendo desde las torrijas más clásicas hasta interpretaciones innovadoras de este icónico postre de Semana Santa. Pastelerías, panaderías, bares, restaurantes y mercados en diversos barrios se convierten en paradas imprescindibles para quienes deseen sumergirse en la riqueza gastronómica que ofrece la capital durante estas fechas.
Para facilitar el recorrido por esta dulce propuesta, los interesados pueden consultar el listado de participantes a través de la web Todo está en Madrid, o escanear el código QR incluido en el programa de Semana Santa. Esta herramienta permite encontrar fácilmente el establecimiento más cercano donde degustar el dulce por excelencia de la Pascua.
Se estima que aproximadamente 600 pastelerías artesanas de la región venderán alrededor de siete millones de torrijas durante la Cuaresma, cifra que pone en evidencia el fervor y la tradición que rodean a este delicioso postre en la cultura madrileña. A través de la Ruta de las Torrijas, Madrid no solo fomenta el disfrute culinario, sino que también fortalece su compromiso con la promoción y difusión de su herencia gastronómica.
Con cada bocado de una torrija, se revive una parte de la tradición y la historia que teje a la comunidad madrileña, consolidándose así como una cita ineludible para todos aquellos que deseen experimentar Madrid en su esencia más dulce. La ciudad, con su inagotable oferta culinaria, reafirma su papel como epicentro cultural y gastronómico con iniciativas como esta, que unen tradición y modernidad en cada plato servido.