Niños con Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) pueden ser, además, niños con altas capacidades, una condición que representa entre el 2% y el 5% de los casos, según el neuroeducador Eduardo Lázaro Martínez. Esta comorbilidad, aunque poco común, implica desafíos académicos y sociales debido a la asincronía entre control emocional y capacidad intelectual. El psiquiatra infantojuvenil Miguel Ángel Calero Marín enfatiza la frustración que estos menores enfrentan debido a su capacidad creativa y lógica no correspondida con resultados académicos. La detección temprana y el apoyo especializado son fundamentales para mejorar su desarrollo, destacando la importancia de una evaluación neuropsicológica y el acompañamiento constante de los padres.
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