La contienda electoral en Bolivia está marcada por un intenso debate presidencial, en el que Andrónico Rodríguez emerge como una figura clave a pesar de la caída en las encuestas que lo sitúa en el cuarto puesto. En medio del debate, Rodríguez, el único candidato de izquierda con posibilidades de alcanzar una segunda vuelta, fue blanco de ataques por parte de sus contrincantes de derecha, quienes lo responsabilizaron de la pérdida de credibilidad institucional y de la crisis económica. Samuel Doria Medina, líder en los sondeos, y Jorge Tuto Quiroga, segundo en intención de voto, dirigieron críticas a Rodríguez, quien responde centrando su estrategia en desacreditar a los gobiernos de la etapa neoliberal (1985–2005) con los que sus oponentes estuvieron relacionados.
El debate, el primero organizado por el órgano electoral, abordó temas como democracia, justicia, derechos humanos y medio ambiente, aunque las preocupaciones económicas dominaron las discusiones. Rodríguez, quien preside el Senado desde 2020, intentó defender su posición destacando las represiones contra cocaleros y campesinos en el pasado, mientras enfrentaba cuestionamientos internos, incluso del ala oficialista del MAS liderada por Eduardo del Castillo. En contraste, la derecha comenzó a tejer potenciales acuerdos legislativos anticipando una posible mayoría en la Asamblea. El expresidente Evo Morales, distanciado del actual presidente Luis Arce y con su candidatura inhabilitada, promueve el voto nulo en un contexto de intensas divisiones dentro de la izquierda boliviana.
Leer noticia completa en El Pais.