Las tensiones en Jordania se intensifican con la persistente crisis en Gaza y las protestas semanales de cientos de ciudadanos en Amán. La postura desafiante del rey Abdalá II resalta su rechazo a las propuestas del presidente Donald Trump, quien sugiere la expulsión de palestinos de la Franja de Gaza. Jordania, un país clave en la región por su relación histórica con los refugiados palestinos y sus tratados con Israel desde 1994, se enfrenta a un delicado equilibrio político y social. El ex vice primer ministro jordano, Mohamed Halaiqah, enfatiza la gravedad de la situación y la amenaza que representa para la seguridad nacional la intención de Trump de liquidar la cuestión palestina.
El monarca jordano, quien ha aprendido a navegar en medio de la complejidad geopolítica de Oriente Próximo, opta por la diplomacia silenciosa en contraste con la postura frontal de otros líderes mundiales. Mientras Jordania se enfrenta a la amenaza de pérdida de apoyo económico de Estados Unidos, Abdalá II busca el respaldo de aliados internacionales y enfatiza que el país no aceptará cargas de refugiados adicionales que comprometan su frágil demografía. Su negativa a ceder a las presiones estadounidenses refuerza su imagen de firme defensor de la soberanía y la estabilidad del reino, al tiempo que mantiene la paz con Israel y protege los intereses nacionales frente a la inestabilidad regional.
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