A tres semanas de las elecciones, el debate para la alcaldía de Nueva York ofreció un campo de batalla entre los tres contendientes principales: el demócrata Zohran Mamdani, el independiente Andrew Cuomo, y el republicano Curtis Sliwa. Aunque Mamdani mantiene una ventaja significativa, el encuentro fue una oportunidad para que Cuomo, quien ha acortado la distancia en las encuestas, intentara cambiar la narrativa. A pesar de la controversia en torno a sus críticas a Israel y su promesa de detener a Benjamín Netanyahu si visita la ciudad, Mamdani logró mantenerse enfocado en temas locales clave, destacando la asequibilidad y prometiendo reformas en vivienda y servicios sociales. Sin embargo, su enfoque más confrontativo hacia el conflicto israelo-palestino dejó ver una vulnerabilidad que sus oponentes no dejaron de explotar.
La dinámica electoral trasciende lo local y resuena en la esfera nacional, con la intervención del presidente Donald Trump, quien ha amenazado con cortar fondos federales si Mamdani es electo. Empresarios influyentes han financiado la campaña de Cuomo en un intento por detener al demócrata progresista. No obstante, Mamdani, con un enfoque carismático y un fuerte apoyo en redes sociales, sigue ganando adeptos gracias a su agenda socialdemócrata que desafía al establishment político estadounidense. Durante el debate, mantuvo su narrativa centrada en los problemas de asequibilidad de Nueva York y la necesidad de una reforma profunda en servicios comunitarios, a pesar de tener que suavizar su postura inicial sobre la financiación de la policía. Mientras tanto, Curtis Sliwa, aunque menos competitivo en las encuestas, proporcionó un contrapeso republicano convencional en un escenario político altamente polarizado.
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