Fayez Ataya, un bebé de seis meses, y Abulqader al Serhi murieron a finales de mayo en la Franja de Gaza debido a desnutrición severa, los primeros casos conocidos en la zona central tras ocho meses de conflicto. Las condiciones de escasez de alimentos y deterioro de la salud en Gaza son alarmantes, con más de 30 fallecimientos infantiles por desnutrición reportados principalmente en el norte, según el Ministerio de Sanidad palestino. La guerra ha devastado infraestructuras esenciales, complicado la distribución de ayuda y obstaculizado el tratamiento médico. Organizaciones humanitarias advierten sobre el creciente riesgo de hambruna, con 1,1 millones de personas en inseguridad alimentaria y 400.000 niños menores de cinco años necesitados de intervención nutricional urgente.
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