

El 18 de noviembre de 2025, Madrid se convirtió en el epicentro de una manifestación controvertida contra el acuerdo comercial entre la Unión Europea y los países de Mercosur. Frente al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, los máximos representantes políticos, Pedro Sánchez y Luis Planas, fueron sorprendidos por una «performance» que consistió en un inusual baño de pesticidas. La acción fue llevada a cabo por una coalición de grupos defensores del medio ambiente y la justicia social, entre los que se encuentran Attac, Amigas de la Tierra, Ecologistas en Acción y Greenpeace.
La protesta no es un movimiento aislado. Forma parte del denominado Toxic Trade Tour, una serie de manifestaciones itinerantes a lo largo de Europa que buscan sensibilizar sobre las implicaciones del acuerdo con el Mercosur. Según los organizadores, dicho acuerdo perpetúa un modelo desfasado de relaciones comerciales que favorecen la deforestación, elevan las emisiones de gases de efecto invernadero y permiten la proliferación de sustancias químicas peligrosas.
La manifestación tuvo lugar en vísperas de un encuentro crucial del Consejo de Asuntos Exteriores de la UE, previsto para el 24 de noviembre, donde se decidirá el futuro del acuerdo. De llegar a un consenso favorable, la firma formal podría realizarse el 5 de diciembre durante la cumbre del Mercosur en Brasil, seguida de una votación en el Parlamento Europeo.
Los manifestantes realizaron una crítica frontal a Pedro Sánchez y su gobierno por apoyar un acuerdo que, según afirman, contradice los compromisos de España en materia de cambio climático y derechos humanos. «Este tratado comercial profundiza una relación tóxica con el Mercosur, perpetuando relaciones internacionales de corte extractivista y neocolonial», declararon los organizadores en un manifiesto.
La preocupación también ha sido expresada anteriormente por la Confederación General de Cooperativas Agrarias de la Unión Europea (COPA-COGECA), que rechaza el acuerdo señalando los perjuicios para ciertas producciones agrícolas europeas y las incoherencias en la normativa sobre agrotóxicos.
Según estudios encargados por la Comisión Europea, el acuerdo podría aumentar notablemente las emisiones de gases contaminantes como el metano y el óxido nitroso y acelerar la deforestación en países del Mercosur. La comunidad científica y ambientalista advierte sobre las consecuencias catastróficas para el planeta si no se actúa con ambición para restringir estas emisiones.
El debate considera también los riesgos de salud pública, dado el trasiego de productos agrícolas potencialmente contaminados con pesticidas prohibidos en la UE. Un estudio de Greenpeace Alemania reveló residuos de pesticidas peligrosos en limas provenientes de Brasil vendidas en supermercados de varios países de la UE, lo que añade un nuevo frente de preocupación para los defensores de la salud pública.
Mientras la UE se prepara para una posible ratificación del acuerdo, la coalición de organizaciones sociales y ambientales llama a reflexionar sobre la dirección de las políticas comerciales europeas. Los activistas insisten en que decisiones como esta cuestionan la coherencia de los compromisos europeos en defensa del medio ambiente y los derechos humanos, y alertan sobre las graves implicaciones de seguir adelante con un pacto que describen como «tóxico» para el futuro global.
Fuente: CGT
