En un esfuerzo por preservar y recuperar la población de buitres negros en la Península Ibérica, el Grupo de Intervención en Altura (GIAM) ha intensificado sus esfuerzos a lo largo de la semana pasada. Han trabajado en 17 plataformas, instalando tres nuevos nidos artificiales destinados a facilitar el asentamiento de estas aves, ya sean buitres locales o individuos liberados de centros de recuperación. Para atraer a los buitres, han colocado figuras de resina que imitan su apariencia.
Este esfuerzo forma parte del proyecto LIFE Aegypius Return, respaldado por la Unión Europea, que busca restaurar esta especie en peligro de extinción en el vecino Portugal y mejorar los vínculos entre colonias a través de la frontera hispano-portuguesa. Catalogados como una población vulnerable, los buitres negros son los mayores de su tipo en la península, alcanzando una envergadura alar de 280 centímetros y pesando hasta diez kilos.
En su ciclo reproductivo, estas aves ponen un solo huevo y construyen nidos extensos, situados en árboles altos para facilitar el vuelo de sus crías. Además, seleccionan áreas aisladas para minimizar la interferencia humana.
En paralelo, la Comunidad de Madrid realiza una vigilancia detallada en el Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama. Allí reside la cuarta colonia más grande de buitres negros en España, ubicada en la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) del Alto Lozoya. Los agentes forestales realizan un seguimiento anual durante junio, supervisando la salud de los pollos a través de la toma de muestras de sangre y colocándoles anillas de identificación. Este método, iniciado en 2003, ha sido crucial para el seguimiento y protección de la especie, con un notable incremento de ejemplares, llegando a 285 parejas en 2025.
Además de los buitres negros, otras especies han experimentado un crecimiento en la región. La cigüeña negra ha incrementado su población, y la cigüeña blanca cuenta ya con más de 2,300 nidos. Por su parte, el águila imperial ibérica y el buitre leonado también han visto aumentos significativos en sus números.
Este conjunto de esfuerzos refleja un compromiso claro con la conservación y recuperación de estas especies emblemáticas, asegurando su presencia en los cielos ibéricos para las futuras generaciones.