El reciente anuncio del Ejecutivo autonómico sobre la expansión de la vacunación ha generado un importante interés en la población, especialmente en el ámbito de la salud pública. En una medida que busca proteger a los sectores más vulnerables de la sociedad, se ha determinado que, en su primera fase, la iniciativa beneficiará a ciudadanos en residencias de mayores y a aquellas personas adultas que presenten inmunodeficiencias graves, incluyendo trasplantados o pacientes en tratamiento con quimioterapia. Esta estrategia se extenderá progresivamente hasta abarcar a una población objetivo de 750.000 personas.
El enfoque de la medida se sustenta en datos que revelan que el 46% de los ingresos hospitalarios por el Virus Respiratorio Sincitial (VRS) ocurre en pacientes mayores de 65 años. Este dato resulta crucial para las autoridades, que buscan reducir el impacto del virus en las personas mayores. La incorporación pionera de la vacuna para bebés menores de un año hace dos años ya demostró su efectividad, logrando reducir un 80% las hospitalizaciones causadas por bronquiolitis y neumonías.
Simultáneamente, la Consejería de Sanidad ha publicado su más reciente «Calendario de vacunación e inmunización para toda la vida, año 2025». Este contempla la protección contra 18 tipos de bacterias y virus, proporcionando inmunización desde el periodo prenatal hasta más allá de los 60 años. Entre las novedades, destaca el adelanto de la segunda dosis contra el sarampión, rubeola, parotiditis y varicela (SRPV) de los 4 a los 3 años. Además, la guía introduce un cambio en la pauta de vacunación del virus del papiloma humano (VPH), pasando de dos a una sola dosis para niños de 12 años, con una vacunación de rescate hasta los 18.
En el ámbito de la protección contra enfermedades consideradas erradicadas en algunos países, como la tosferina, se ha decidido administrar a menores de 14 años una dosis de recuerdo, junto con las del tétanos y difteria. Esto responde a un aumento en el número de casos entre la población adolescente. Asimismo, un esfuerzo notable se destina a combatir el herpes zóster, ampliando la vacunación para incluir a personas de 72, 73 y 74 años, así como a aquellos nacidos entre 1945 y 1953, 1957 y 1960, y 1942 y 1944 que no han sido vacunados anteriormente.
La implementación de este robusto programa de vacunación refleja un notable esfuerzo de la Comunidad de Madrid para mejorar la salud pública. Durante el año pasado, se administraron más de 4,5 millones de dosis de vacunas en 978 centros autorizados. De estas, más de 2 millones pertenecieron al calendario de vacunación a lo largo de la vida, casi 900.000 se dirigieron contra el COVID-19 y 1.522.159 dosis fueron aplicadas para la gripe. Estos números no solo demuestran el compromiso del gobierno local con la prevención y el control de enfermedades infecciosas, sino que también subrayan la importancia de la cooperación ciudadana para lograr un bienestar colectivo.