La Comunidad de Madrid ha implementado nuevas directrices sobre el uso de tecnologías en los niveles educativos de Infantil y Primaria. Según la normativa, se permitirá que los dispositivos tecnológicos sean utilizados de manera compartida y siempre bajo supervisión, limitando su tiempo de uso a un máximo de dos horas semanales. Esta medida forma parte de un esfuerzo para regular el tiempo de pantalla de los estudiantes más jóvenes, asegurando que las actividades tecnológicas se integren de manera equilibrada dentro del currículo educativo. Las autoridades educativas argumentan que estas restricciones buscan promover un desarrollo equilibrado de las habilidades cognitivas y sociales en los niños, evitando el impacto negativo que puede tener la exposición excesiva a pantallas en edades tempranas.
La normativa ha generado diversas opiniones entre padres y educadores. Mientras algunos consideran que las limitaciones son necesarias para garantizar un ambiente educativo saludable, otros sugieren que la restricción del tiempo podría limitar la capacidad de los estudiantes para adaptarse a un mundo cada vez más digitalizado. Por su parte, desde el ámbito educativo se recalca la importancia de acompañar el uso de la tecnología con una pedagogía que fomente tanto el pensamiento crítico como la creatividad. Esta medida se enmarca dentro de un plan educativo más amplio que busca equilibrar la enseñanza tradicional con las nuevas metodologías digitales, garantizando que el aprendizaje de las nuevas generaciones sea tanto efectivo como seguro.
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