En un esfuerzo concertado por mejorar la calidad de vida de las personas mayores en la región, la Comunidad de Madrid, en colaboración con distintas administraciones locales, ha logrado establecer una sólida red de recursos residenciales. Este avance se refleja en la apertura de nuevos dispositivos en diversas localidades, incluyendo Campo Real, Fuenlabrada, Griñón, Guadalix de la Sierra, Navalcarnero, Patones, Rozas de Puerto Real, Torremocha de Jarama, Torres de la Alameda, Valdemoro y Montejo de la Sierra.
El objetivo primordial de estas instalaciones es proporcionar una atención integral que combine alojamiento, apoyo, cuidado personal y atención gerontológica. Estas estructuras están específicamente diseñadas para fomentar la autonomía de los mayores, permitiéndoles realizar las actividades básicas de su vida diaria con independencia, mientras se cuida de su bienestar general.
Cada residencia está equipada con programas y protocolos específicos que promueven un modelo de atención centrado en la persona mayor y su familia. Estos programas no sólo buscan elevar la calidad de vida, sino también prevenir y tratar debilidades cognitivas y funcionales. Además, se dedican esfuerzos considerables a la administración de medicación y a enfrentar el desafío de la soledad, un problema creciente entre la tercera edad.
El éxito de este esfuerzo conjunto entre la Comunidad de Madrid y las administraciones locales se refleja en la creación de una infraestructura de servicios residenciales de alta calidad. Actualmente, la red pública de atención social, financiada por la Comunidad de Madrid, cuenta con 63.000 plazas, de las cuales más de 35.000 están dedicadas a los mayores. Este logro no es solo un avance en la prestación de servicios, sino también un testimonio del compromiso con el bienestar de los ciudadanos madrileños.