La Consejería de Sanidad ha emitido una serie de recomendaciones para prevenir accidentes en piscinas y zonas de baño, enfatizando la importancia de evitar juegos que impliquen saltos o carreras cerca del agua. Es crucial seleccionar un área de baño con el tamaño y profundidad adecuados según la edad del usuario. Se destaca que, para prevenir ahogamientos, se debe evitar nadar solos sin experiencia o seguridad en el agua.
En caso de emergencia, se insta a contactar al 112 para activar el Servicio autonómico de Urgencia Médica (SUMMA 112), cuyos profesionales pueden ofrecer orientación telefónica mientras se moviliza un recurso asistencial. Durante el año pasado, el SUMMA 112 respondió a 37 incidentes relacionados con ahogamientos, 11 menos que en el presente año.
La Comunidad de Madrid subraya la necesidad de una vigilancia rigurosa en niños, pues en apenas 10 centímetros de agua y en 30 segundos pueden estar en grave peligro. Se recomienda la presencia constante de un adulto, incluso con un socorrista presente. Los dispositivos de flotación deben ser homologados y utilizados bajo supervisión, ya que pueden ofrecer una falsa sensación de seguridad.
Los expertos sanitarios advierten contra lanzarse de cabeza en aguas de fondo desconocido debido al riesgo de lesiones medulares. También señalan la importancia de evitar cambios bruscos de temperatura corporal y respetar los tiempos de digestión. No caminar descalzo en áreas húmedas o encharcadas es otra medida preventiva.
Se aconseja no ingresar al agua después de ejercicio intenso, bajo los efectos del alcohol, o tras una exposición prolongada al sol. Protegerse de la sobreexposición solar, especialmente en menores, y mantenerse hidratado es fundamental para evitar deshidrataciones.
La Dirección General de Salud Pública establece que personas con enfermedades infecciosas dérmicas o síntomas de diarrea deben evitar las áreas de baño para no propagar infecciones.
Durante el verano, Salud Pública supervisa las condiciones higiénico-sanitarias de 1,358 piscinas de la región, colaborando con municipios de menos de 20,000 habitantes para asegurar estos controles mediante inspecciones y análisis de agua. Las piscinas de uso colectivo deben tener socorristas, y aquellas con más de 500 metros cuadrados deben contar también con un enfermero o médico, de acuerdo con la normativa vigente.