En la Comunidad de Madrid, el pistacho ha emergido como uno de los cultivos más prometedores. Con 1.929 hectáreas dedicadas a su producción y 100 agricultores implicados, este fruto seco se consolida como un elemento clave en la agricultura de la región. Los investigadores del Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA) están desarrollando varios estudios para optimizar su cultivo y asegurar su éxito económico y ambiental.
Uno de los principales enfoques del IMIDRA es el estudio del estrés hídrico. Durante los meses de mayo y junio, momento en que se endurece la cáscara del pistacho, los científicos someten a las plantas a periodos controlados de escasez de agua. Este procedimiento busca entender cómo las plantas reaccionan a la falta de agua, información crucial para mejorar las prácticas de riego y manejo del cultivo.
Simultáneamente, los expertos analizan la adaptación de hasta ocho variedades diferentes de pistacho al clima y suelo de la región. La variabilidad de temperaturas y las heladas tardías se presentan como desafíos críticos para la producción, y los investigadores del IMIDRA exploran cómo estas condiciones afectan el rendimiento de las plantas.
Otra línea de investigación se centra en la poda. Aplicando diferentes técnicas, los técnicos buscan adelantar la primera cosecha de las plantas, tradicionalmente obtenida entre cinco y siete años después de la plantación. El objetivo es reducir este periodo para mejorar la rentabilidad y eficiencia del cultivo.
El control y prevención de enfermedades del leñoso es otro aspecto esencial. Los especialistas trabajan para identificar y mitigar posibles amenazas que puedan comprometer la calidad y cantidad de la cosecha. Además, se exploran métodos para proteger los cultivos y asegurar su desarrollo saludable.
Por último, un proyecto innovador del IMIDRA se orienta hacia la reutilización de las vainas y cáscaras del pistacho. Investigaciones en curso evalúan su potencial para usos gastronómicos o como materiales para nuevos productos, abriendo la puerta a un aprovechamiento integral del cultivo.
Con estos esfuerzos, el pistacho sigue reafirmándose como un cultivo estratégico en Madrid, respaldado por un intenso trabajo de investigación que busca maximizar sus beneficios socioeconómicos y ambientales.


